La piel sensible ya no es obstáculo para lucir hermosa
Las mujeres con piel sensible tienen opciones limitadas en cuestión de maquillaje, ya que la piel reacciona de inmediato cuando hay algún ingrediente que le hace daño. Aunque existen marcas dermatológicas que tienen líneas de cosméticos, los costos hacen que no sea fácil acceder a este tipo de productos.
Pensando en las pieles sensibles, Almay tiene una gama muy completa de productos elaborados con sustancias que no dañan la piel, además de estar probados dermatológicamente y tener un precio más accesible, existe una gran paleta de colores que te permiten jugar y experimentar diferentes looks.
Puedes crear una rutina muy completa sin temor a sentir molestias o reacciones. Además sus empaques traen instrucciones muy claras de aplicación, como las sombras Intense i-color Smoky i- kit, que te indica claramente cómo aplicarlas, además contienen las tonalidades correctas para lograr un look smokey eyes muy fácil de hacer.
También está disponible todo lo que necesitas para preparar tu piel y dejarla radiante antes de aplicar el color. Sabemos que la piel sensible tiende a enrojecerse, para ello Almay tiene un preparador muy especial, Smart Shade Perfect & Correct primer, que contiene un gel muy fresco donde se combinan dos tonos, uno verde que es el que disimulará las rojeces y el morado que dará a tu tez un acabado luminoso. De esta manera dejarás tu cutis con una apariencia pareja y radiante.
Para desaparecer las imperfecciones puedes usar el maquillaje Wake up Liquid make up que da una cobertura amplia pero con una consistencia suave . Para disimular las ojeras está Wake up under eye concealer, su fórmula ligera permite que el producto no se quede en las pequeñas líneas de expresión y le da luz a esa complicad área de los ojos.
Almay nació a principios del siglo XX, cuando los cosméticos tenían fórmulas pesadas, pigmentos y químicos muy fuertes que afectaban la piel, por eso Fanny May Woititz pide a su esposo Alfred, químico de profesión, examinar y averiguar cuáles eran los ingredientes que menos dañaran la piel. Así que en 1931, surge Almay, cuyo nombre retoma las letras iniciales de Alfred y May, con una propuesta de cosméticos para pieles sensibles.